Restauración con esencia histórica en cada baldosa
En el corazón de un templo centenario, la Iglesia de Beniarrés, donde cada columna cuenta siglos de devoción y cada banco guarda las plegarias de generaciones, surgió una necesidad profunda: recuperar la dignidad del suelo original, desgastado por el tiempo pero cargado de un valor incalculable. El reto no era solo técnico, era emocional, patrimonial. Se trataba de restaurar sin borrar la memoria, de renovar sin interrumpir la espiritualidad que emana de sus muros.
Fue entonces cuando entró en escena Adrihosan, con una propuesta que no solo respondía a una exigencia estética, sino que conectaba con algo más profundo: el alma del espacio. Una intervención que no se limita a reemplazar, sino a revalorizar.
Una baldosa hecha para honrar la historia de la Iglesia de Beniarrés
El equipo de Adrihosan reprodujo a la perfección y en exclusiva el modelo 412 una baldosa hidráulica personalizada que nació para este lugar, para este templo. No existe en catálogos. No se repite. Solo vive aquí. Fue concebida para integrarse armónicamente con el carácter neogótico de la Iglesia de Beniarrés, elevando el suelo sin romper con su historia.
Su diseño geométrico combina suaves grises con contrastes en negro y crudo, generando una composición armónica que rinde homenaje al dibujo original de las piezas centenarias. Cada pieza fue elaborada con mimo, pensando no solo en el diseño, sino en el respeto que merece un espacio tan sagrado.
El resultado no fue solo estético. Fue emocional. La nueva baldosa hidráulica personalizada no destaca por imponerse, sino por fundirse con la historia del lugar, como si hubiera estado ahí desde siempre.
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Restaurar es un acto de amor
Durante la restauración de la Iglesia de Beniarrés, se identificaron zonas del pavimento original gravemente dañadas, ocultas durante décadas. Algunas habían sido cubiertas por alfombras que protegían, pero también ocultaban la memoria del suelo. Cada sección intervenida fue tratada con extremo cuidado, respetando el trazado original y definiendo patrones con absoluta fidelidad a la lógica visual del templo.
No hubo prisa. Solo propósito. Porque en Adrihosan creemos que un suelo no es solo un revestimiento: es la base donde se sostienen los recuerdos, los rituales, las vidas.
Gracias a la integración de la baldosa hidráulica personalizada 412 , el templo no perdió su carácter, sino que lo recuperó con más fuerza.
Una sinfonía de color y geometría con sello Artesanal
El diseño de la baldosa 198A no fue un simple ejercicio decorativo. Cada ángulo, cada color, cada curva fue elegido para armonizar con la estructura de la Iglesia de Beniarrés. Los tonos verde salvia, marfil y carbón crean una sinfonía visual sutil y elegante, realzada por la luz que atraviesa los vitrales.
El patrón, aunque nuevo, se integra con la lógica ornamental de los pavimentos antiguos. La geometría actúa como un puente estético entre el ayer y el hoy. Esta baldosa hidráulica personalizada es más que un elemento decorativo: es una declaración de respeto y sensibilidad hacia el patrimonio.
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Baldosas hechas para contar historias.
Innovación artesanal al servicio del patrimonio
Este proyecto en la Iglesia de Beniarrés puso en valor la alianza entre tradición e innovación. Las baldosas se elaboraron de forma artesanal, una a una, con moldes de precisión y pigmentos minerales seleccionados. Pero también se incorporaron tecnologías digitales para recuperar fielmente los patrones originales del suelo.
Este equilibrio entre el saber hacer tradicional y la innovación técnica es una seña de identidad de Adrihosan: ser guardianes del pasado sin dejar de mirar al futuro.
La baldosa hidráulica personalizada 412 es el símbolo de esta filosofía.
Producto destacado: Baldosa hidráulica personalizada 412
Cada elección en este proyecto responde a un propósito: mejorar la vida cotidiana a través del diseño, incluso en espacios tan simbólicos como la Iglesia de Beniarrés. Porque en Adrihosan no solo vendemos productos, creamos ambientes que cuentan historias.
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En Adrihosan reproducimos suelos hidráulicos que combinan la belleza del diseño artesanal con la durabilidad que exige el paso del tiempo. Cada baldosa restaurada es una pieza única que respeta la tradición y eleva el valor del entorno.
Hazlo eterno. Restaura con carácter.
